Agricultura Biológico - Dinámico
Esta corriente de la agricultura, creada en 1924 por Rudolf Steiner y
denominada agricultura biodinámica se basa en los fundamentos y
propuestas de estudio vinculados a la vertiente filosóficaantroposofía,
cuyo autor es el mismo Steiner.
A
principios del siglo XX, un grupo de agricultores que notaban la
degeneración de la fertilidad de la tierra y de la calidad nutritiva de
los alimentos, preguntaron a Rudolf Steiner qué podían hacer para remediar esta situación; como consecuencia, él organizó unas conferencias de trabajo en Koberwitz,
al este de Breslavia, en Alemania, «abriendo el camino para un
conocimiento de lo viviente, de lo anímico y de lo espiritual en la
naturaleza, y con ello la posibilidad de conducir el trabajo con la
tierra y sus criaturas hacia un 'nuevo ordenamiento' donde lo natural se
halla sobreelevado e integrado en lo humano».
Llevando
este concepto a términos más terrenos, lo que distingue a la corriente
Biodinámica es el uso de los preparados dinamizados, a manera de
una homeopatía agrícola; además de esto, se desarrolla en esta escuela
la idea de que las unidades rurales son unos organismos agrícolas que se
hallan sometidos a la influencia de factores cósmicos complementarios,
diferentes a la influencia de la luz, las estaciones y el clima en
general. «Desde el punto de vista conceptual, la Agricultura Biodinámica
promueve una agricultura que reconoce y utiliza las fuerzas energéticas
de todos los seres vivos y no se restringe a la visión materialista
predominante de lo que en esa época se conoció como “la nueva
agricultura científica”».
Agricultura Biológico - Ecológico
Otra corriente de este tipo de agricultura es el método bioorgánico o biológico-ecológico, más científico, creado por los suízos Hans Müller, su esposa María y por el médico alemán Hans-Peter Rusch, desarrollados a partir de 1951.
Agricultura orgánica
Esta
corriente se inició en Inglaterra, en la década de 1930, por los
agrónomos Lady Eve Balfour y Sir Albert Howard; Howard, determinó
después de su llegada a la India, que las limitaciones locales no
permiten adoptar el sistema productivo basado en las experiencias
occidentales, por lo que concluyó que era esencial observar los procesos
productivos de la naturaleza y aprender de ella las lecciones
necesarias para favorecer la producción de alimentos.
Su libro, Un Testamento Agrícola (1940),
recopila sus observaciones estableciendo conceptos fundamentales para
la agricultura orgánica, tales como la protección del suelo, el uso de
coberturas permanentes, la producción de compost utilizando el sistema
«Indore» (métodos pioneros de compostaje controlado), la idea de manejar
mejor la salud de la planta en suelos saludables, la importancia de la
investigación en fincas, y el uso racional de recursos locales entre
otras.
En 1943, Lady Eve Balfour publicó su libro The Living Soil,
donde promueve la idea de que la salud del suelo y la salud del hombre
son inseparables. Su trabajo llevó a formar en 1946, la Soil Association
como un ente de investigación e información sobre prácticas orgánicas
de manejo de fincas y suelos. Desde entonces esta asociación se ha
convertido en líder mundial en el establecimiento de normas y
capacitación en agricultura orgánica.
Los
sistemas de producción orgánica, llamada «biológica» por
los franceses e italianos y «ecológica» por los alemanes, se iniciaron
como movimiento alternativo con mayor fuerza en los años 1960
en Europa y Estados Unidos. Tanto las ideas de Howard como las de
Balfour fueron promulgadas en Estados Unidos por Jerome Irving Rodale,
quien en 1942 publica su revista Organic Farming and Gardening, con un éxito rotundo llegando a vender más de dos millones de copias en 1980.
Gracias
a la popularidad de esta revista, se funda el Instituto Rodale que hoy
es reconocido internacionalmente por su investigación y capacitación en
agricultura orgánica. Esta denominación de «agricultura orgánica» ha
sido la más difundida a nivel mundial y por ella se ha llegado a
conformar los Principios Básicos de la misma, estableciendo en 1972, la Federación Mundial de Movimientos Orgánicos (IFOAM por sus siglas en inglés, International Federation of Organic Agricultural Movements).
Soil Association,5 creada
en 1946, es una organización dedicada a los cultivos ecológicos, la
cual, a mediados de la década de 1980 vio crecer su número de empleados,
sobre todo a partir de 1995 con el Plan de Ayuda Orgánica del gobierno
para los agricultores a través del difícil proceso de conversión de 2 a 5
años, gracias a que una serie de supermercados comenzaron a ofrecer
alimentos orgánicos y esto trajo una nueva credibilidad al movimiento.
Sin embargo, el número de agricultores orgánicos sigue siendo pequeño.
El número de empleados de la Soil Association entonces creció
rápidamente; la tierra orgánica en el Reino Unido representa en la
primera década de l siglo XXI casi el 4% de las tierras agrícolas. Los
agricultores orgánicos reciben ahora el apoyo en curso en el
reconocimiento de los beneficios ambientales que prestan y esto está
animando a más agricultores para tratar sus tierras de forma orgánica.
Agricultura natural
Propuesta por el biólogo y monje Zen budista japonés Masanobu Fukuoka,
desde la década de 1950. Este tipo de agricultura no
necesita maquinaria ni productos químicos, trabaja con muy poca
deshierba y tampoco necesita labrar el suelo ni abonarlo. La filosofía
de Fukuoka se basa en «practicar la agricultura cooperando con la
naturaleza, en lugar de tratar de mejorarla, conquistándola».
En su libro La Revolución de una brizna de paja y la senda natural del cultivo,
cuenta cómo opera su técnica para generar condiciones favorables para
los cultivos, luego de lo cual, se interfiere tan poco como sea posible
sobre las comunidades animales y vegetales de sus campos. Por otro lado,
Fukuoka unió su técnica agrícola con una filosofía cuya esencia expone
el hecho de que sanar la tierra y purificar el espíritu humano son un
mismo proceso. Propone para ello un tipo de vida y agricultura que
permita este proceso.
Esta filosofía se conoce también como filosofía del no hacer.
Parte del supuesto de una pregunta: ¿Por qué preguntarnos qué pasaría
si hiciéramos esto en vez de preguntarnos qué pasaría si no se hiciese?.
Fukuoka llegó así a conclusiones que generan los cuatros principios de
la agricultura natural: no laboreo, no arar ni voltear el suelo; no
utilizar abonos químicos, ni compost preparado; no desherbar mediante
cultivo o herbicidas; y, no utilizar productos químicos. Con base en
esta corriente, Jean Marie Roger en 1958 expuso a la comunidad agrícola
su modelo de agricultura natural, que difiere del modelo de Fukuoka en
que promulga más la biodiversidad que la no intervención.
Agricultura biológica o agro-biología
Es
el nombre usado en Francia y Portugal desde la década de 1960 para
denominar el método difundido por los agrónomos Francis Chaboussou, Raul
Lemaire y Claude Aubert. Se destaca por la importancia que se le da al
control biológico, el manejo integrado de plagas y enfermedades y por la
teoría de la trofobiosis.
La
idea del manejo integrado de plagas es, primero, buscar en cada insecto
plaga su punto débil y atacarlo allí, buscar los enemigos de los
insectos plagas y utilizarlos, llevándolos al lote; además de esto, se
puede usar más de un método para el control de las plagas, lo que provee
el mejor control y de esta manera, si un método de control por alguna
razón falla, los otros métodos continuarán protegiendo al cultivo,
convirtiéndolo realmente en un método integrado. Por otra parte, la
teoría de la trofobiosis presentada por Francis Chaboussou sostiene que
la vulnerabilidad de las plantas a las plagas es cuestión de equilibrio
nutricional o deintoxicación por venenos. «Un cultivo bien nutrido es
más resistente al ataque de plagas y enfermedades lo que favorecerá a
hacer menos aplicaciones de plaguicidas y eso a su vez conservar mejor
el ecosistema del suelo».
Cuando
se unen estos tres conceptos, se genera la idea de una agricultura
sostenible puesto que no se puede concebir la nutrición como un
componente aislado, sino como un manejo integrado de cultivo ya que lo
factores nutricionales (como contenido de materia orgánica, fórmulas y
formas de fertilización y manejo de suelo, por citar algunos) y no
nutricionales (entre los que están el control de plagas y enfermedades,
la genética varietal, las condiciones ambientales, el manejo de cultivo)
están interrelacionados e interactúan.
La
agricultura biológica o agrobiología, asegura que en la medida que se
manejen bien los factores no nutricionales se facilita la obtención de
calidad, productividad, se disminuye la contaminación y se bajan costos.
Un ejemplo citado por Chaboussou era que cuando existe una aplicación
muy concentrada de fertilizantes químicos, se elimina un porcentaje de
microorganismos benéficos, como algunas especies de Bacillus o Trichoderma;
como consecuencia, se pueden desarrollar enfermedades del suelo. Este
fenómeno simple, puede traer consigo aplicaciones extra de agroquímicos
para controlar pudriciones radiculares; esto afectará
a hongos de micorrizas y otros microorganismos que afectan el proceso de
mineralización de ciertos elementos afectando en forma negativa la
nutrición de las plantas.
Agricultura mesiánica
En 1983 Mokiti Okada,
filósofo japonés, realizó estudios e investigaciones y desarrolló en
Japón, una corriente similar a la agricultura natural, que denominó
agricultura mesiánica, que se inició alertando a las personas del
peligro de consumir alimentos contaminados, por el uso abusivo de
agrotóxicos.
Okada
estaba seguro que llegaría un día en el que habría alimentos en exceso,
los que no podrían ser consumidos debido al alto índice de productos
químicos contenidos en ellos. Según él, los alimentos naturales, además
de proporcionar al ser humano una vida más saludable, lo tornan más
productivo y capacitado para contribuir de manera más significativa al
seguimiento de las leyes de la naturaleza, produciendo alimentos, que
además de conservar su verdadero sabor, no agredan ni destruyan el medio
ambiente.
El
método de la agricultura mesiánica corresponde a los principios de la
propia naturaleza tomándola como modelo y obedeciendo sus leyes.
Proyectando la preservación del medio ambiente y la calidad de vida del
hombre, la agricultura promulgada por Mokiti Okada, tiene como
objetivos, el producir alimentos que incrementen cada vez más la salud
del hombre; ser económica y espiritualmente ventajosa, tanto para el
productor como para el consumidor; ser practicada por cualquier persona
fácilmente y, además de esto, tener carácter permanente; respetar la
naturaleza y conservarla; y por último, garantizar la alimentación para
toda la humanidad, independientemente de su crecimiento demográfico.
Existen
otras corrientes que son importantes por tomar conceptos de estas
escuelas y mezclarlos siguiendo los mismos principios orgánicos o
biológicos, pero se encuentran desde el punto de vista técnico, en las
corrientes descritas anteriormente, con denominaciones como ecológica,
regenerativa o sostenible, terminología de carácter más amplio, que
busca establecer un puente entre el diálogo científico y la transición
tecnológica, conceptos que unidos deberán ser aplicados a la
agricultura.
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